The walking dead 1x03 - Tell it to the frogs: No sin Merle Dixon

¡Ojo! contiene spoilers para quien no haya visto el capítulo.

Se hace necesaria una aclaración previa: este no es un blog dedicado a The walking dead, a pesar de que el 100% de las entradas publicadas hasta ahora (sin contar con la de introducción) hablen de esta serie. Lo que ocurre es que mis compañeros de fatigas están padeciendo una flojitis moderada que les impide arrancar a escribir, y servidor está ultimamente con muchos pájaros en la cabeza y tiene poca cosa digna de contar aparte de su visionado necrófago semanal. Por cierto, que mañana toca nuevo episodio... pero, ¡tranquilos! esto se va a terminar. La variedad está apunto de llegar a Días de pipas. Precisamente estoy trabajando en un post que se apartará por completo de TWD y se centrará en, ejem, el nuevo tomo recopilatorio de Los muertos vivientes...





Digámoslo ya: 'Tell it to the frogs' me ha parecido bastante mejor capítulo que 'Guts'. Sobre todo por una cosa: me ha convencido de que desviarse del cómic en ciertas cosas puede ser algo bueno, y que pretender respetar las páginas del mismo como si fuera el storyboard de la serie no lleva a nada más que a la desidia. Es curioso como uno nunca está contento con las adaptaciones de las cosas que le gustan: cuando no son exactamente como se esperaban, es que no se ha respetado o comprendido la obra, y hay mosqueo. Cuando son exactamente como se esperaban (estoy pensando en Sin City y Watchmen), es un aburrido calco sin personalidad ni alma, y hay mosqueo.

La apuesta de TWD, la serie, es un camino intermedio que, a pesar de mis reticencias, me parece prometedor. La idea parece ser aprovechar la extensión que permite la televisión frente al cine para orientar los cambios no a la simplificación, sino a la expansión del universo original. Y no sólo enriqueciendo a ciertos personajes (como vimos con Morgan Jones en 'Days gone bye' o en el que nos ocupa, con una Carol que sufre los malos tratos de un marido que en el cómic sólo es nombrado), sino creando personajes totalmente nuevos y situaciones nuevas a partir de los mismos.

Así ocurre en este episodio, en el que todo gira alrededor de un personaje que no existe en el material original: Merle dixon, acerca del cual en mi anterior post dije con notable desatino que sería carne de cañón y poco más. Dixon se resiste a morir aunque lo esposes en una azotea sitiada por zombies. Tras echarle narices y amputarse así mismo la mano (divagación: ¡qué ganas de ver lo nuevo de Danny Boyle!), ahora anda suelto por la ciudad, para disgusto del grupo y sobre todo de su irritante hermano Daryl. Como digo, en torno a Dixon ha caído el peso del episodio, y con momentos como el dilema sobre si ir o no en su rescate, sumado al giro final de su desaparición, ha cumplido de sobras y se ha ganado la aceptación de un servidor.

Por otra parte, el esperado reencuentro de Rick y Lori tiene una consecuencia inesperada, y es la revelación de que Shane le había mentido acerca de la muerte de su marido. Circunstancia que le hace pasar del fornicio agreste y alegre a un cabreo de lo más avinagrado. Todo, en realidad, es un poco confuso: si de verdad Shane mintió a Lori deliberadamente para poder cepillársela, ¿no habría visto venir la rabieta de ésta y se habría mantenido alejado del pequaño Carl para evitar una previsible confrontación? Y, si por el contrario la cosa hubiera sido más bien una suposición, algo así como "la cosa en el hospital tenía muy mala pinta, dudo mucho que quede nadie con vida", ¿no sería algo exagerada la reacción de Lori? En cualquier caso, las cartas están sobre la mesa, y no me cabe duda (nuevo vaticinio, esperemos que más acertado que el anterior) de que la resolución del mismo será el foco en el que se centre la season finale.

Mañana superamos el ecuador de esta miniserie que, en solo tres capítulos, ya tiene sus propios hallazgos y vuela por libre. Para el siguiente capítulo prometo dejar el cómic en la estantería, donde debe estar.

David.